Hice exactamente todo lo que me dijeron que no tenía que hacer.
Este blog más que un blog será una nota muy breve para no olvidar un momento de torpeza, pánico y risas, tal vez me arrepienta y lo borre en un tiempo pero si estás leyendo esto querido Paul del futuro, aquí te llevas una perlita para reirte un ratito.
Había escuchado que los monos son bastante agresivos y no tienen muchos escrúpulos a la hora de tratar con personas y sobre todo turistas, pero hacía ya tiempo que quería conocer Bali y no puedes venir a Bali sin cruzarte algún mono al menos una vez.
Nos quedamos en Ubud y Sol quería ir a visitar un lugar llamado “Monkey forest”, que básicamente es un pequeño bosque transformado en reserva el cual se encuentra plagado de monos (más de los que hubiese imaginado a decir vedad).
Así fue que sin pensarlo mucho nos dispusimos a visitarlo; habíamos googleado cómo llegar y estabamos tan solo a 15 minutos de distancia, fuimos caminando y cuanto más cerca nos encontrábamos ya ibamos cruzandonos algunos monos que se encontraban a los alrededores.
Habían monos de todos los tamaños, grandes chicos, gordos, flacos pero definitivamente aquellos que se llevaban todos los premios eran las madres, quienes llevaban a sus hijos cargados en la panza, pero no se dejen engañar, también pueden ser las más agresivas a la hora de defender a sus crías.
Fuimos los primeros en llegar, por lo que apenas entramos, junto con un pequeño grupo de turistas fuimos abriendo paso entre los monos a medida que recorríamos el bosque.
Por algún motivo, mi sentido de alerta estaba completamente acitvado, había oido muchas historias y visto muchos videos de ataques de monos por lo que no confíaba en esas criaturas.
Aunque después de un rato comencé a tomar confianza y me dí cuenta de que mientras no te acerques mucho ni tengas comida guardada, es poco probable que algo suceda.
Y ese fue mi error, tomar confianza.
Habíamos caminado un rato ya y notamos que el camino más adelante se encontraba bloqueado por un gran grupo de monos, más bien una familia de monos (recuerden lo que les conté anteriormente).
Por lo que decidimos sentarnos un rato y esperar a que pasen otros turistas primero, funcionarían como carnada y si ellos pasaban entonces nosotros también podríamos bordear el camino sin ser atacados por la familia de monos.
Y así fué, algunos turistas pasaron y hasta se animaron a tomarles fotos y videos al pasar.
Por lo que no tardamos en cruzar nosotros también, yo iba por delante y Sol se encontraba un poco más atrás.
Se veían tan lindos que se me ocurrió lo que en ese momento creí que sería una muy buena idea, aprovechar la cercanía para tomar un video; otros turistas lo habían hecho y entonces creí que no habría problema si yo también lo hacía.
Lo cual no fue mala idea, lo único que no tuve en consideración fue el hecho de no mirar hacia adelante…
Estaba terminando de pasar por al lado de la familia de monitos y se veían tan bien que me desconcentré y me salí del camino y ahí fue cuando cometí un grandísimo error, no me dí cuenta de que había otro mono sentado y su cola medía como 50cm.
¡Y como te lo podrás imaginar terminé pisándole la cola!
En menos de 1 segundo sentí como dos manitos pequeñitas me agarraron la pierna, mi corazón se aceleró al 1000 y atiné a mirar hacia abajo para encontrarme con un mono de los grandes aferrandose a mi.
En ese momento solo pude imaginarme el peor panorama posible, su carita estaba enojada y no lo juzgo ¿A quién le gustaría que venga un turista a pisarle la cola por estar hueveando?
Ferozmente empezó a gritar y mostrándome sus dientes me tironeaba del pantalón – del otro lado yo hice exactamente todo lo que me dijeron que no haga en una situación así, lo miré directamente a los ojos, levanté la pierna bruscamente dudando si correr o darle una patadita con fuerza mientras pegué un grito del susto que me pegué.
En mi mente yo ya iba a salir de ahí con una mordedura directo al hospital para frenar la infección.
Los dientes de ese mono eran demasiado grandes para esa boquita tan chiquita y filosos como una navaja y todos los videos que vi en instagram estaban por hacerse realidad, yo sería uno más de todos esos tik toks donde “Turista es atacado por mono y pierde su pierna”.
No podía permitirlo, todo sucedió demasiado rápido y 3 segundos mas tarde mi mente se calmó y recordé lo que tenía que hacer.
Bajé mi pierna con calma mientras las manitas del mono seguían agarradas a mi pantalón, miré hacia al frente como si no pasara nada y con mucha confianza continué caminando como si no hubiera pasado nada.
Aunque no les voy a mentir, por dentro me estaba matando el panico de no saber si el mono iba a morderme por detrás o si me perdonaría la vida y se olvidaría de la situación y saldría vivo como un campeón.
Afortunadamente todo terminó de la mejor manera y todo es risas hasta el día de hoy cuando recuerdo esa situación, aunque no volvería a un bosque lleno de monos, creo que tengo suficiente experiencia con esta situación.