Por un segundo sentí que se me frenaba el corazón.
Baños es conocida por sus actividades de aventura, pero no fue por eso que se hizo conocida esta pequeña ciudad, si bien ya había cierto movimiento turístico en Baños, en el 2014 un turista llamado Sean Hacker decidió visitar la famosa casa del arbol donde vió turistas balanceándose en un columpio frente al volcán Tungurahua.
No fue hasta ese momento que Sean tomó una foto de un turista columpiándose, con un paisaje hermoso de fondo y justo en ese preciso instante el volcán erupcionó y sin saberlo, esa fotografía terminaría siendo portada de National Geographic recorriendo así el mundo entero y desatando un boom turístico para la ciudad de Baños.
El clima es templado y la ciudad está ubicada al pie de una montaña por lo que donde sea que vayas puedes disfrutar de un gran paisaje con una vista majestuosa.
Cómo bien te contaba al principio de este blog Baños es conocida por ser un centro de actividades de aventura para el Ecuador, por lo que a pocos minutos puedes hacer canopy, salto bungee, puenting, alpinismo, visitar la misma casa del arbol y columpiarte en el mismo columpio donde Sean tomó la foto o conocer unas cascadas épicas.
A los primeros días de haber llegado, me habían dicho que había un spot para hacer puenting, desde hace ya varios años tenía ganas de saltar pero nunca había tenido la oportunidad de hacerlo, por lo que no lo dudé ni un segundo y visité el spot.
Era un salto de 40 metros y habían un par de personas esperando para saltar desde el puente, la verdad no lo dudé tanto, se veía facil y después de saltar sentí que no era suficiente, se sintió como columpiarse en cualquier otra soga sin importar que existía un cierto nivel de riesgo o adrenalina.
Mientras volvía al hotel pensaba en que estuvo bueno pero por alguna razón no había satisfacido mi sed de adrenalina y en algún puntó elevó los standares y quería mas, por lo que apenas llegué al hotel decidí investigar en google donde podía saltar a mayor altura.
No pude encontrar información precisa, pero hacía unos días había conocido un taxista que me ofreció darme un tour por los lugares más conocidos de Baños y como buen viajero he aprendido que no existe mejor manera de conocer un lugar que de la mano de un local.
Así que me puse en contacto con el y me llevó a visitar unos spots asombrosos, no supo decirme donde hacer salto bungee pero me llevó al zipline más largo de Ecuador, conocido como Canopy Puertas del Cielo, tampoco había hecho zipline antes en mi vida (al menos no uno de verdad) y dije ¿Por qué no?
El canopy mide 1025 metros y llega a una velocidad variante de 70-110 km/h pero déjenme ahorrarles el tiempo, la verdad no es para nada adrenalínico como suena, al menos no tanto como un salto bungee de 120 metros de altura.
Una vez que hice el canopy, sabía que tenía que haber algo más y sin saberlo pasamos por un parque recientemente inaugurado, el cual acababa de inaugurar su salto de 120 metros al estilo puenting.
Al pasar ví unos puentes largos que atravesaban el Río Blanco que se encontraba debajo nuestro y unas especies de jaulas a los costados del puente donde habían personas saltando y supe que ese era el lugar que estaba buscando.
Mega Adventure Park Río Blanco es el nombre del lugar por si alguna vez decides visitar, automáticamente me baje del auto, regateé el precio como buen latino y crucé medio puente hasta llegar a la jaula de salto, me sentía como un niño en navidad que está ansioso por abrir sus regalos.
El taxista me acompañó todo el trayecto y hasta el día de hoy creo que debe haber pensado este tipo está completamente loco de la cabeza.
Después de esperar unos minutos mi turno había llegado, llegó el momento de la verdad, entré a la jaula, me pusieron los arneses y estaba listo para saltar.
El puente tiene un piso de cristal y es bastante vertiginoso, por lo que hay personas que simplemente pagan por cruzarlo y sentir un poquito de miedo en los pies, por lo que es bastante familiar y de pronto se había armado una pequeña multitud espectante de verme saltar.
Y yo mirando hacia abajo dándome cuenta de donde estaba parado.
Son escasos segundos donde te das cuenta de que estás poniedo tu vida en manos de un par de sogas y unos ganchos, anudadas y ensamblados por un completo desconocido, en un parque que no conocías hasta hace unos minutos atrás y ahora estás a 120 metros de altura a punto de saltar al abismo puro.
Y piensas…
Pero no, para situaciones como estas he aprendido algo, se trata de no pensarlo, se trata de confiar y saltar.
Por lo que de un segundo a otro escuché que mi instructor dijo ¡Listo! Ya puedes saltar
Quisiera decir que salté pero tenía que preguntar jaja ¿Listo? ¿Ahora si? y creo que una vez que tenía mi double check confirmado no tardé ni 2 segundos en aventarme por la ventana de la jaula.
Escribo mi piel se eriza, ahora sí, sentía que mi corazón iba a reventar, me recordó a cuando salté en paracaídas, me sentía vivo una vez más, tan sólo fueron unos segundos de caída libre pero esa altura sí lo valía.
De un segundo a otro estaba cayendo directamente hacía un río lleno de piedras, alcanzando una velocidad superior a los 100km/h en caída libre y de golpe sentí el tirón de la soga y comencé a columpiarme, la tensión de tu cuerpo se libera y solo pude rendirme y disfrutar del columpio.
Todavía tengo grabado en la memoria la imágen y la sensación de estar mirando de frente al río y sentir que iba a estrellarme directamente contra el suelo y es algo de lo que espero nunca olvidarme.
Esta clase de historias son las que espero poder contar de viejo, al subir el taxista estaba asombrado la velocidad con la que salté, pero creo que en realidad la decisión de saltar ya estaba tomada desde antes de pararme en ese puente, no se trata de razonarlo demasiado.
Tomar riesgos calculados es la mejor manera de vivir la vida al límite.